Page 468 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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hablar.
—Quince minutos —siseó Vansetty.
—Algunos de mis más... rancios colegas me mirarían
mal por permitirle contar «del» como una única
palabra, ¿sabe? —dijo el embajador—. Pero yo soy
bastante liberal —sonrió—. ¿Quiere hacerme la última
pregunta?
—Creo que no, embajador. La reservaré para otra
ocasión. Tengo una propuesta.
—Usted dirá, alcalde Rudgutter.
—Bien, ya sabe la clase de ser que ha escapado, y
comprenderá nuestra preocupación por remediar la
situación lo más rápidamente posible. —El embajador
asintió—. También comprenderá que nos será difícil
proceder, y que el tiempo es esencial. Le propongo que
nos deje contratar algunas de sus... um... tropas, para
ayudarnos a dar con los fugados.
—No —se limitó a responder el embajador.
Rudgutter parpadeó.
—Ni siquiera hemos discutido las condiciones,
embajador. Le aseguro que puedo realizar una
generosa oferta...
—Me temo que está fuera de toda discusión. No hay
nadie de los míos disponible —el embajador miraba
impasible a Rudgutter.
El alcalde pensó unos instantes. Si el demonio estaba
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