Page 486 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Las cosas se agitaban en la noche.
Por la mañana, en las horas anteriores al alba y
después de que se alzara el sol, se encontraron más
cuerpos idiotas. Esta vez eran cinco. Dos vagabundos
ocultos bajo los puentes de Gran Aduja. Un panadero
que volvía a casa tras su trabajo en la Letrina. Un doctor
en la Colina Vaudois. Una barquera más allá de la
Puerta del Cuervo. Una salpicadura de ataques que
desfiguraban la ciudad sin patrón alguno. Norte, este,
oeste, sur. No había barrios seguros.
Lin durmió mal. Se había sentido conmovida por la
nota de Isaac, al pensar que había cruzado toda la
ciudad solo para dejar un trozo de papel en su puerta,
pero también sentía preocupación. El párrafo tenía un
tono histérico, y la súplica de que acudiera al
laboratorio era tan impropia que le asustaba.
No obstante, hubiera acudido de inmediato de no
haber regresado tarde a Galantina, demasiado como
para viajar. No había estado trabajando, pues la
mañana anterior había despertado para encontrar una
nota debajo de su puerta.
Inexcusables negocios requieren el aplazamiento de
los encuentros hasta nuevo aviso. De ser posible,
recibirá instrucciones para reanudar las tareas.
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