Page 489 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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alertara a su madre y a su hermana de su presencia. En
el creciente calor, su aroma era como una insignia para
las demás khepri, un olor que no podía quitarse de
encima.
El sol se había desplazado y calentaba el aire y las
nubes, y allí seguía Lin, algo alejada de su antiguo
hogar. No había cambiado. Desde dentro, desde las
grietas en las paredes y las puerta, podía oír los pasos,
los pisotones orgánicos de los machos khepri.
Nadie salió.
Las viandantes le lanzaban efluvios químicos de
disgusto por regresar para agazaparse, para espiar una
casa desprevenida, pero las ignoró a todas.
Si entraba y su madre estaba allí, pensó, las dos se
enfadarían y se sentirían desdichadas, y discutirían sin
sentido, como si los años no hubieran pasado.
Si su hermana estaba allí y le decía que su madre
había muerto, y que Lin la había dejado marchar sin
una sola palabra de furia o perdón, estaría sola. Su
corazón podría estallar.
Si no había señales... si aquellos pasos eran solo los
de los machos, que vivían allí como las sabandijas que
eran, no como príncipes mimados sin cerebro, sino
como bichos que hedían y comían carroña, si su madre
y su hermana se habían marchado... entonces Lin
estaría allí, aguardando sin sentido en una casa
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