Page 646 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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incorporado, solo para ser alcanzados por la lluvia de
vidrio y química. Una de las enormes redomas se
estrelló contra el casco de uno de ellos, que volvió a
caer al suelo, inmóvil y sangrante. Peligrosos
fragmentos rebotaron en la armadura de los otros dos
soldados, que, alcanzados por el diluvio, quedaron
quietos un instante antes de empezar a gritar cuando
los preparados se filtraron a través de sus máscaras y
empezaron a atacar los blandos tejidos de sus rostros.
Aún no se produjo ningún disparo.
Isaac se giró de nuevo y comenzó a coger más
frascos, tomándose un instante para pensar el orden de
lanzamiento, de modo que el efecto de la cascada
química no fuera totalmente al azar. ¿Por qué no
disparan?, pensó, confuso.
Los oficiales heridos habían sido arrastrados a la
calle. En su lugar, una falange de soldados con pesadas
armaduras había entrado en el taller, portando escudos
de hierro con ventanucos de cristal reforzado a través
de los cuales miraban. Tras ellos, Isaac advirtió a dos
oficiales preparados para atacar con aguijones khepri.
¡Deben de querernos vivos!, comprendió. El aguijón
podía matar con facilidad, pero no era necesariamente
letal. Si muertes eran lo que querían, a Rudgutter le
hubiera sido mucho más sencillo enviar tropas
convencionales, con rifles de pedernal y ballestas, no
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