Page 66 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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rodeada de otras muchas, y se hizo a un lado.
Los ojos de Lin se acostumbraron a la luz. Se
encontraba en una sala de mecanografía. Era una
estancia grande de techo alto, pintada de negro como
todo aquel lugar cavernícola, bien iluminada con
lámparas de gas y cubierta por quizá cuarenta
escritorios; sobre cada uno había una aparatosa
máquina de escribir, y frente a cada una un oficinista
copiando resmas de notas. Casi todos eran mujeres
humanas, aunque captó el olor de hombres y cactos,
incluso de un par de khepri y una vodyanoi que
trabajaba con una máquina de teclas adaptadas a sus
enormes manos.
Alrededor de la sala había estacionados varios
rehechos, casi todos de nuevo humanos, aunque
también había presentes rarezas xenianas. Algunos
eran rehechos orgánicos, con garras, cornamenta y
retales de músculo injertado, pero en su mayoría se
trataba de mecánicos; el calor de sus calderas hacía que
la sala se empequeñeciera.
Al final de la estancia había un despacho cerrado.
—La señorita Lin, al fin —tronó un altavoz sobre la
puerta en cuanto entraron. Ninguno de los
trabajadores levantó la cabeza—. Por favor, venga al
despacho al otro lado de la sala.
Lin se abrió paso entre los escritorios. Se fijó en los
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