Page 280 - Kraken - China Mieville
P. 280
22
No cabía placer alguno, nada de «Ya lo dije
yo», entre los videntes de baja estofa que tanto
tiempo llevaban vaticinando que el fin del mundo
estaba cerca. Ahora que todos aquellos que se
habían molestado en pensarlo estaban de acuerdo
con ellos (aunque tal vez abjuraran del punto de
vista), los que repentina e inesperadamente se
descubrieron en la vanguardia de la opinión
mayoritaria estaban un poco perdidos. ¿Qué
sentido tenía dedicar toda tu vida a dar avisos si
todos los que tenían opciones de haber escuchado
(porque la mayor parte seguía despreocupada y
probablemente seguiría estándolo hasta que el sol
se apagara) simplemente asentían, aceptándolo?
Una plaga de tedio asoló a los profetas
maníacos de Londres. Se desestimaron las señales
de advertencia, los panfletos quedaron hechos
trizas, los megáfonos quedaron relegados a los
armarios. Aquellos que podían advertir presencias
cuestionables insistieron en que, desde la
desaparición del Architeuthis, algo nuevo andaba
suelto. Algo dirigido e intenso, y absorto en sí
279

