Page 346 - Kraken - China Mieville
P. 346

las dos sospechaban que no lo haría. De modo que


             Marge no mencionó el último mensaje de Leon.




                    Cuando le dijo «Yo también se lo haré saber si


             averiguo algo», de pronto se dio cuenta de que no



             le  estaba  haciendo  esa  promesa  tanto  a  aquella


             mujer como a sí misma, al universo, a Leon, a algo,


             a no claudicar, a no detenerse. Marge sintió rabia,


             pánico,  resignación,  tristeza.  Algunas  veces


             (¿cómo no?) se ponía a prueba, pensando que se


             había equivocado con él, que Leon sencillamente


             la había abandonado a ella y a su vida entera. Tal



             vez  estaba  involucrado  en  algún  timo  que  se


             hubiera  ido  al  garete,  estaba  mentalmente


             enfermo, acorralado en la costa de Cornualles o en


             Dundee, había dejado de ser quien era. Las ideas


             que se le ocurrían no acababan de cuajar.




                    Le envió a la madre de Leon las llaves de su


             apartamento, de las que había hecho copias, no sin


             hacer  antes  más  copias  aún.  Se  colaba  dentro  y


             recorría una a una todas las habitaciones, como si


             pudiera absorber alguna pista. Durante un tiempo



             todas las estancias permanecieron tal y como ella


             las recordaba, incluso con toda la suciedad. Una


             vez  se  pasó  por  allí  y  el  apartamento  era  un


             caparazón:  la  familia  de  Leon  se  había  llevado


             todas sus cosas.


                                                                                                          345
   341   342   343   344   345   346   347   348   349   350   351