Page 557 - Kraken - China Mieville
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El problema de Marge, al preguntar en sus
tablones de anuncios adónde debía acudir, «como
una novata en todo esto», para saber cómo era
Londres en realidad, no fue la falta de sugerencias,
sino el exceso de ellas. Un caos de sugerencias.
Había hecho una criba por medio de algunas
preguntas y fue a toparse con el tema de los cultos.
El tema, provisoriamente, de la iglesia del calamar.
Unas cuantas pistas falsas y el reiterado mensaje al
que volvía una y otra vez, y que decía:
«Coleccionistas de cultos old queen almagan yard
londres este».
Por esta senda, Marge percibía Londres como
una ciudad en la que nunca había estado. Ella creía
que los muelles estaban despejados, blanqueados
por efecto del dinero. No en cambio esa calleja a
tiro de piedra de la Isla de los Perros. Aquellos se
le antojaban instantes más propios de un pasado
olvidado y regurgitado, un paso urbanístico en
falso, un regusto de sordidez.
¿Dónde coño estoy? Volvió a consultar el mapa.
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