Page 655 - Kraken - China Mieville
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conscientes  de  que  había  algo  ancestral  y


             melancólico que merodeaba por el edificio, algo a



             lo que procuraban no perturbar).



                    —¡Maldita  sea!  —dijo,  y  fue  tras  el  ángel



             muerto, con su fáser por delante. Siguió el chirrido


             de  goznes  y  objetos  que  caían  de  los  últimos


             estantes. Llegó de repente a una sala sin ventanas,


             donde la vaca de plástico le gritó a un hombre alto


             con la voz del edificio.




                    Billy  se  agachó  y  disparó,  pero  el  hombre  se


             apartó más rápido, y el rayo del fáser alcanzó a la


             inútil vaca y se disipó por la pared.




                    —¡Billy Harrow! —estaba gritando el hombre.


             También él iba armado, pero no disparó—. ¡Billy!




                    La  palabra  también  le  llegaba  desde  atrás,



             pensó  Billy,  pero  cayó  en  la  cuenta  de  que  la


             segunda voz, más débil, salía de su bolsillo. Era


             Wati.




                    —No he venido a pelear —gritó el hombre.




                    —Alto, Billy —dijo Wati. El ángel resollaba por


             las ventanas. Wati dijo—: Ha venido a ayudar.




                    —Billy Harrow —dijo el hombre—. Soy de la


             Hermandad  del  Santo  Diluvio.  No  he  venido  a


             pelear. Marge acudió a nosotros.

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