Page 668 - Kraken - China Mieville
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metido en algo. Sabe dónde está el puto calamar;


             es  su  dios,  ¿no  es  eso?  Y  sabe  dónde  está  Billy



             Harrow. Sigue con él.



                    Sigue con él. Dane rezaba sin cesar. Rezaba en



             silencio e inmóvil. Dios tentaculado de las tinieblas


             por favor dame fuerza. Fuerza para escuchar, y para


             aprender.  Krákenes  en  vuestro  vasto  silencio  y


             sabiduría de amoniaco tened piedad. Sabía que debía


             escuchar,  que  debía  esperar  sin  decir  nada,  si


             pudiera siquiera responder las preguntas, que en


             su mayor parte no habría podido, aunque hubiera



             estado dispuesto, que no lo estaba, porque esto no


             iba  a  terminar.  Sabía  que  ya  no  duraría  mucho


             más, débil como estaba y sin sangrar por todos los


             agujeros que los nazis les habían hecho, mareado


             y  demasiado  cansado  y  agotado  incluso  para


             gritar, una cosa colgando en ropa interior de dolor;


             sabía  que  aquello  llegaba  a  un  extremo  tal  que


             suponía su propio límite, y que, por lo tanto, una


             vez más, por segunda vez, antes del momento en



             que se vertiera lo suficiente de sí mismo, alcanzaría


             un punto crítico de masa de carencia y no tendría


             adonde  ir  más  que  hacia  la  muerte,  la  horrenda


             cruz solar del caos que había dejado de ver sería


             sometida a rotación. En realidad la esvástica era,


             como insistían sus defensores jipis antifachas, un




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