Page 710 - Kraken - China Mieville
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—¿Adónde va? —dijo Wati. Estaba sujeto de
forma que pudiera asomarse por el borde del
bolsillo de Billy.
—El mar no podía verlo, ni oírlo —dijo Billy.
Torcieron hacia la circular del norte, la
circunvalación de la ciudad, y la tomó en sentido
este.
—Están… Mira, mira.
Había un coche estacionado, y allí, apartado en
el arcén, había un camión. Grande, no uno de los
articulados enormes que inundaban las calles
como hormigón líquido, pero lo bastante grande,
mucho más que la mayoría de los de mudanzas.
En los laterales lucía un logo poco memorable.
Pararon detrás y las puertas traseras se abrieron
mínimamente. Saira los llamó por señas. Cerró la
puerta detrás de ellos, después de que se
arrastraran hasta el interior tenebroso. Wati no
pudo traspasar los campos de rechazo. Murmuró
algo y se fue a su otro frente abierto, la guerra
sindical. El vehículo volvió a arrancar. Se
encendieron unos fluorescentes.
Fijado con correas en el centro del camión,
protegido con almohadones y rodeado por un
grueso cordaje industrial que tiraba desde los
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