Page 711 - Kraken - China Mieville
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bordes y las esquinas, sujetándolo de manera que
apenas rozaba la mesa de acero, estaba el tanque.
Y dentro, plácido en su largo baño de muerte,
estaba el kraken.
El camión viró levemente, enviando un
lengüetazo de líquido por el interior del tanque. El
movimiento nubló el líquido conservante. Allí
estaban los nudosos brazos, los ojos ausentes.
Architeuthis. Billy prácticamente le susurró un
saludo.
Otro par de londromantes, miembros del
cónclave alojado en la secta, ya de por sí secreta,
estaban allí. Había aparejos. Microscopios,
escalpelos, ordenadores en los que se habían
instalado programas de modelado biológico y
lentas conexiones de 3G. Centrifugadoras. Sillas,
libros, un armero, un microondas, fragmentos de
escombros arrancados de muros de Londres,
literas armadas en las paredes del camión.
Nada se movió por un momento, salvo el
camión y los jirones de piel sumergidos en formol.
Por supuesto que se desplazaba, para no llamar la
atención. Un peso de divinidad animal como ese
no podía sino volverse significativo: si permanecía
estático, la gente repararía en él. De manera que
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