Page 712 - Kraken - China Mieville
P. 712
era escoltado en círculo, como un rey envejecido.
Su movimiento lo ocultaba, al igual que los
pedacitos de grisgrises, los restos, los avíos
colgados o colocados en el interior del vehículo.
—¿Quién conduce? —dijo Billy. Se volvió.
Dane estaba de rodillas. Se arrodilló muy cerca
del tanque. Tenía los ojos cerrados, movía la boca.
Las manos entrelazadas. Estaba llorando.
Incluso los londromantes, acostumbrados a
fervores extraños, dieron un paso atrás. Dane
murmuraba. Rezaba en un tono medio audible.
Billy no podía oír lo que decía, pero recordó un
fragmento que había leído en el canon téuthico,
una frase: «Kraken, con tu tacto extendido,
palpando el mundo para comprenderlo, pálpame
y compréndeme a mí, tu hijo insignificante,
ahora».
La pasión duró todo el tiempo que podía durar,
y fue mucho. Dane abrió sus ojos llorosos. Tocó el
cristal.
—Gracias —le dijo, una y otra vez, al tanque.
Al fin se puso en pie.
—Gracias —dijo a la sala.
—No me lo puedo creer, joder —gritó de
711

