Page 752 - Kraken - China Mieville
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fruto era su taxi se la habría ocultado. Por el
contrario se dirigió a la calle principal más cercana
a su destino, y desde allí fue andando hasta la
pequeña choza de Londres este.
Parecía construida a base de paredes
desechadas, maderas, zarzo, pintarrajos y restos
de ladrillos, en una calle minúscula de edificios
mestizos semejantes, donde un hombre, con el que
había quedado mediante una enrevesada ruta en
internet, la estaba esperando.
—Llegas tarde —dijo. En el interior de la casa
de confección absurda, las estancias eran más
secas, más finas, mejor acabadas, más parecidas a
estancias de lo que Marge pudo haber imaginado.
Entre tapizados de color mohoso, cuadros con
tonos de sombras y libros que olían y parecían
losas de polvo, había un ordenador, una consola
de videojuegos. El hombre de la sudadera con
capucha rondaba los cincuenta. Su ojo izquierdo
estaba oscurecido por lo que Marge creyó por un
momento que una especie de compleja
combinación de gorro con gafas al estilo de la
tienda Cyberdog, aunque era, según advirtió
enseguida, sin ni tan siquiera estremecerse ni
torcer el gesto a esas alturas, un escudo de metal
de la cerradura de una puerta, soldado o suturado
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