Page 788 - Kraken - China Mieville
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estaba aquella palestra de maleza, a la que se
asomaban carreteras suspendidas.
—No podemos dejarnos ver —susurró Dane—
. Vamos a averiguar qué está pasando, a
comprobar quiénes son.
Wati le musitaba, yendo y viniendo de sus
bolsillos.
En los tejados había espectadores. Billy los vio,
siluetas sentadas con la espalda pegada a las
chimeneas. Vio el aire difuso allí donde algunos se
hacían no visibles. Dane y Billy no se separaban de
las escaleras de servicio de la parte inferior del
paso elevado. Se quedaron allí colgados, mientras
los coches y los camiones iluminaban la tierra
yerma.
—Prepárate para salir de aquí —dijo Dane.
—Collingswood, aunque no la obligue a hablar
en clave, si le pregunto si me recibe y lo hace,
espero al menos una condenada respuesta. La
estoy oyendo respirar.
Collingswood hizo una ademán, como
diciendo «Y sigue y sigue», dirigiéndose al
desdichado joven agente que tenía al lado, en el
coche.
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