Page 787 - Kraken - China Mieville
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Dane  y  Billy  trataban  las  vallas  como  algo


             distinto a las barreras, los muros como escaleras,



             los  techos  como  suelos  desnivelados.  Billy  se


             preguntaba si su ángel de la memoria estaría allí


             donde  se  dirigían,  y  cómo  se  movería  por  ese


             terreno.




                    Alrededor de las trincheras iluminadas de las


             calles, donde había policía. Al acercarse al punto


             en que los rumores aseguraban que tendría lugar


             el acontecimiento o acontecimientos, en los límites


             de su campo visual, Billy vislumbró a otro de los



             ciudadanos  enigmáticos  de  Londres  (sus,  ¿qué?,


             ¿habitantes?). Entre los entendidos, había corrido


             la voz de la localización, por medio de susurros,


             mensajes de texto y octavillas, como si los fines del


             mundo fueran una rave.




                    Un espacio entre las curvas de hormigón de un


             paso elevado. El sitio en el que el mundo podía


             terminar  era  turpe  industrial.  Pedregal  de


             deyección.  Talleres  de  escritura  de  epitafios  de


             coches con orín; almacenes cuya plantilla diurna



             estaba  integrada  por  adolescentes  cansados;


             hipermercados  y  naves  de  trasteros  de  vivos


             colores  y  caracteres  de  animación,  rodeados  de


             basura en proceso de decoloración. Londres es una


             infinita  refriega  entre  ángulos  y  el  vacío.  Ahí


                                                                                                          786
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