Page 9 - El Ladrón Cuántico- Hannu Rajaniemi
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mente bélica como yo desertamos. Dos juegos más
para completar esta ronda. Maldición. No es suficiente.
Capturas territorios jugando contra tus vecinos. Si, al
final de cada ronda, tu marcador es superior al de
ellos, ganas y obtienes la recompensa de unos
duplicados de ti mismo que sustituyen y borran a los
perdedores que te rodean. Hoy no se me está dando
demasiado bien (dos deserciones dobles por ahora,
ambas con la mente bélica), y como no cambien las
tornas, me espera el olvido.
Sopeso mis opciones. Dos de los escaques que me
rodean, a la izquierda y a mi espalda, contienen
sendas copias de la mente bélica. En el de la derecha
hay una mujer: cuando me giro en su dirección, el
muro que media entre nosotros se desvanece,
remplazado por la línea azul de la muerte.
Su celda es igual de espartana que la mía. La mujer
está sentada en el suelo, abrazándose las rodillas,
envuelta en una prenda negra parecida a una toga. La
observo intrigado: es la primera vez que la veo. Posee
una piel intensamente bronceada que me hace pensar
en Oort, las facciones asiáticas en un rostro ovalado,
y un cuerpo musculoso y compacto. Sonrío y saludo
con la mano. Hace como si no me viera. Al parecer, la
prisión considera que eso cuenta como cooperación
mutua: noto cómo aumenta ligeramente mi
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