Page 757 - Herederos del tiempo - Adrian Tchaikovsky
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inspeccionando constantemente el terreno ante
ellos más allá del horizonte truncado.
—¡Estamos ciegos! —siseó Lain furiosamente. La
red de sensores del casco estaba destrozada, un
daño equivalente a cientos de horas de
reparaciones causado en pocos minutos—.
¿Dónde están, entonces? ¿Dónde si no?
Holsten abrió la boca (otra oportunidad para
hacer un comentario trivial e irrelevante) cuando
las alarmas comenzaron a sonar.
—El casco ha sido perforado en la zona del
cargamento —dijo Alpash simplemente, y luego,
con un tono curiosamente neutro—: Es la
segunda perforación, por supuesto. Tras el
anterior impacto.
—Ya hay un agujero en el cargamento —repitió
Lain, y sus ojos buscaron los de Holsten—.
Probablemente ya estén dentro.
—Entonces, ¿para qué han hecho otro agujero?
—El cargamento es grande —dijo Alpash—.
Deben estar horadando a lo largo de toda la nave.
No necesitan escotillas. Nosotros… —Sus ojos se
abrieron mucho cuando miró a Lain,
implorante—. ¿Qué vamos a hacer?
—El cargamento… —Holsten pensó en esos
millares de durmientes, inconscientes en sus
pequeños ataúdes de plástico. Pensó en arañas
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