Page 761 - Herederos del tiempo - Adrian Tchaikovsky
P. 761
Entonces emergieron las arañas, correteando
sobre la curvatura del casco a una velocidad que
dejaba en ridículo el avance laborioso de Karst.
Otras estaban apareciendo desde arriba, donde
habían estado flotando al extremo de otros hilos,
trepando de nuevo contra la fuerza centrífuga de
la sección giratoria; trepando hasta donde podían
saltar sobre Karst y sus hombres.
La pistola/guante de Karst, en una esquina de su
cámara, destelló y llameó, intentando apuntar a
los nuevos objetivos, y matando al menos a una
araña. Vieron que un miembro de equipo de
Karst era alcanzado por fuego amigo: sus botas se
separaron del casco por la fuerza del impacto, y
se alejó flotando de la nave para terminar
agitándose al extremo de un hilo invisible,
mientras un monstruo de ocho patas se acercaba
poco a poco hacia su figura inerme y convulsa.
Hombres y mujeres gritaban, disparaban,
chillaban, e intentaban huir a pasos torpes y
pesados.
Karst retrocedió dos pasos pesadamente, aún
disparando, y viendo en el monitor de su casco
cuánta munición le quedaba en su recámara
helicoidal. Más por suerte que por buen juicio,
alcanzó a una de las criaturas cuando esta se posó
sobre la mujer que estaba a su lado, arrojando por
todas partes trozos de caparazón y vísceras que
castañetearon al rebotar contra él. La mujer
760

