Page 300 - El hombre ilustrado - Ray Bradbury
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generalmente solo, llamado Mick o Rick o Jick, que
destruye a los marcianos.
—¡No creerá eso!
—No, no creo que los terrestres puedan hoy hacer
eso… no. Pero tienen una tradición, ¿comprende,
comisionado? Varias generaciones de niños han
leído, han absorbido esos cuentos. No conocen sino
una serie de invasiones sucesivamente aplastadas.
¿Puede usted decir otro tanto de la literatura de
Marte?
—Bueno… Creo que no.
—Sabe que no. Nunca hemos escrito esas historias
tan fantásticas. Sólo atacamos, y morimos.
—No comprendo su razonamiento. ¿Qué relación
ve usted entre la guerra y estas revistas?
—La moral. Algo muy importante. Los terrestres
saben que no pueden fracasar. Lo llevan adentro,
como la sangre en las venas. No pueden fracasar.
Rechazaron todas las invasiones, aun aquellas
maravillosamente organizadas. El haber leído
durante su adolescencia todas esas historias les ha
dado una fe que no conocemos. Nosotros, los
marcianos, no estamos seguros. Sabemos que
podemos fracasar. Nuestra moral es muy baja, a
pesar del estrépito de tambores y cobres.
—¡Basta! ¡Traidor! —gritó el comisionado—.
Arrojaremos al fuego estas revistas y haremos lo
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