Page 62 - Arcana Mundi - Elizabeth Bear
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         frío y temprano, con un suelo demasiado congelado para

         que las crías pudieran roerlo.



                Y  por  encima  del  sonido  de  su  canción  oyó  una  voz


         conocida, pues el príncipe bandido habló tras ella.



                —¿Dónde está tu arco ahora, Nilufer?



                Pensó que quizá él creyese que ella iba a ahogar un grito

         y cubrir su desnudez, así que cuando se dio la vuelta lo hizo

         despacio, rozando con sus dedos la superficie de la mole que

         rompía el viento helado. Temel la había acechado y estaba a


         solo  a  unos  pocos  brazos  de  distancia,  con  una  mano

         extendida que le ofrecía una capa forrada de pieles. Ella se

         fijó  en  la  forma  en  la  que  las  pieles  atrapaban  el  brillo


         ambarino y dorado bajo la luz de la luna. Pieles de lobo.



                —Cógela —le dijo.



                —No tengo frío —respondió ella al tiempo que la sangre

         se le helaba a los lados de los pies. Al final, él dobló el codo

         y se echó la capa al hombro.



                Cuando Temel hablaba su aliento quedaba suspendido

         en el aire. Incluso sin la capa Nilufer sintió que tenía más


         calor; algo había detenido el viento, así que solo había que

         preocuparse del frío en el ambiente.
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