Page 128 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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después  de  ese  intervalo  los  ralla‐4ores  estarían


               distribuidos  al  azar  por  todos  los  órganos  y


               miembros de la víctima.





                  Un  rallador  tenía  la  forma  de  una  aspirina


               excepto que las partes de arriba y abajo eran más


               abombadas para soportar la presión ambiental; ya


               que,  como  la  mayoría  de  los  dispositivos


               nanotecnológicos, los ralladores estaban llenos de


               vacío. Dentro había dos centrifugadoras girando


               sobre  el  mismo  eje  pero  en  sentidos  distintos,


               evitando  así  que  la  unidad  actuase  como  un


               giroscopio.  El  dispositivo  podía  dispararse  de


               varias formas; la más primitiva era una bomba de


               tiempo de siete minutos.





                  La  detonación  disolvía  los  enlaces  que


               mantenían las centrifugadoras unidas por lo que,


               de  pronto,  miles  de  balísticulas  volaban  hacia


               fuera. La concha se rompía con facilidad y cada


               balísticula  producía  una  onda  de  choque,


               causando sorprendentemente poco daño al prin‐


               cipio,          trazando               una          distorsión               lineal          y


               ocasionalmente  arrancando  un  trozo  de  hueso.


               Pero tan pronto como reducían su velocidad hasta


               la  del  sonido,  las  ondas  de  choque  se  apilaban


               sobre  las  ondas  de  choque  para  producir  un


               estampido  sónico.  Entonces  todo  el  daño  se


                                                                                                          128
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