Page 453 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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peinado hacia atrás y una especie de barba egipcia.


              O  era  célibe  o  creía  que  los  detalles  de  su


              orientación y necesidades sexuales eran demasiado


              complejas para compartirlas con sus compañeros


              de trabajo. Todo el mundo estaba cagado de miedo


              con él, y a él le gustaba; no podría hacer su trabajo


              si fuese amigo de todos los ractores.





                 Miranda  oyó  sus  botas  de  cowboy  que  se


              aproximaban sobre la desnuda alfombra china. Le


              confiscó el refresco.





                 —No puedes beber esto cuando estás llorando.


              Se te saldrá por la nariz. Necesitas algo con zumo


              de  tomate:  reemplaza  los  electrolitos  perdidos.


              Mira  —dijo,  agitando  las  llaves—,  romperé  las


              reglas y te prepararé un Bloody Mary de verdad.


              Normalmente  los  preparo  con  tabasco,  que  es


              como lo hacemos de donde vengo. Pero como tus


              membranas  mucosas  ya  están  lo  suficientemente


              irritadas, te prepararé uno aburrido.





                 Para cuando acabó con su monólogo, al menos


              Miranda se había quitado las manos de la cara. Le


              dio la espalda.













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