Page 287 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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nadaban de un lado a otro, burbujas e irisaciones

               amarillas, verdes y anaranjadas.

                      Sean se arrodilló y puso la mano libre sobre la


               superficie, pero ésta no se dejó penetrar. Su palma

               resbaló sobre la membrana viscosa y estuvo a pun‐

               to de caer, pero Muthoni te retuvo. Pese a su fan‐


               tasmal  estructura  interna,  el  estanque  era  de  una

               pieza: total, entera, dentro de su película monomo‐

               lecular.


                      —Es  una  cama  de  agua  —decidió  Denise—.

               ¿Nos metemos en ella? ¿Hacemos el amor? ¿Con‐


               cebimos el ser perfecto?

                      Sean meneó la cabeza.

                      —No. Es una lente, un ojo. Pero, ¿qué es lo que


               ve?

                      Muthoni soltó la mano de Denise y, arrodillán‐


               dose a su vez, clavó el índice en la superficie. Ésta

               se deformó bajo la yema del dedo pero no cedió.

                      —Es de una sola pieza —susurró ella—. Es una


               célula única. Mirad, éstas son las partículas lisoso‐

               máticas, allá las enzimas. Y aquí las mitocondrias,

               los  elementos  de  energía.  Un  lago  de  citoplasma


               viscoso. Ribosomas proteínicos. Vesículas. Cuerpos

               de Golgi. Y fijaos, allá en el centro: ahí está el nú‐

               cleo, con los cromosomas y los nucléolos.


                      —No, es una pupila —la contradijo Sean, y se

               puso a hacer gestos con ambas manos, como si di‐

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