Page 315 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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uno alcanzaba el poder necesario para transformar

               un  mundo...,  de  modo  que  el  mismo  reflejaría

               aquellos conocimientos?


                      La fuerza que respaldaba al Dios ¿habría sido

               «construida» por los alienígenas? ¿De algún lugar

               llamado  Bellastrella?  ¿O  el  Dios  habría  emergido


               espontáneamente,  tal  como  afirmaba  la  Cuarta

               Epístola?

                      Ello había tratado de comunicar con él por me‐


               dio de extrañas parábolas, cuya misma extravagan‐

               cia indicaba o bien que eran puramente absurdas, o


               bien que constituían metáforas sobre el verdadero

               estado de la cuestión.

                      Vio con sorpresa que ya no era un colegial de


               pantalón corto y americana de uniforme. Se había

               tornado adulto, y ya no iba demudo, sino vestido.


               Ahora ocultaba conocimientos dentro de sí; vestía

               el  mismo  tipo  de  túnica  que  usaba  Knossos,  pero

               de color gris plata idéntico al de los trajes de astro‐


               nauta de la Schiaparelli. Le picaba la cabeza. Se ras‐

               có..., y sus dedos se enredaron en cabellos. Espesos,

               con rizos muy apretados. Se arrancó un cabello: era


               ondulado y de color rojo cobrizo.

                      ¿Era posible que los alienígenas de Bellastrella

               se  hubiesen  convertido  en  seres  perfectos?  ¿Esta‐


               ban realmente allí, para dar la bienvenida a la lle‐

               gada de la Copernicus..., a través del Dios que (qui‐

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