Page 316 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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zás)  habían  creado  para  sí  mismos?  Bienvenida

               porque representaba algo dinámico, un nuevo co‐

               mienzo. .., ya que la perfección significa la inmovi‐


               lización del mundo, como una mosca en un pedazo

               de ámbar.

                      ¿Así  que  los  seres  humanos  trajeron  la  salva‐


               ción? Por tanto, era cierto que el Diablo (y el Dios)

               adoraban  a  los  humanos  recién  llegados,  ¡exacta‐

               mente  como  sugería  la  Quinta  Epístola!  Mientras


               que, al mismo tiempo y según la Tercera Epístola,

               los  humanos  no  dejaban  de  estar  todavía  al  nivel


               de  las  gallinas,  y  la  deidad  barbuda  y  vestida  de

               rosa que moraba en el Edén no era más que un sal‐

               vador de gallinas, algo extrañado ante esta circuns‐


               cripción de su papel; acontecimiento por otra parte

               bienvenido para los alienígenas de Bellastrella co‐


               mo escapatoria frente al Dios que habían generado,

               como huida de la perfección estática al dinamismo,

               a la actividad y a la sucesión de acontecimientos.


                      —¡Naturalmente! —exclamó frente a la retícula

               desierta—. Vosotros ya no estáis aquí, ¡oh, perfec‐

               tos! Andáis todos por el Jardín o por el Edén, vis‐


               tiendo unos cuerpos. En el Infierno quizá no, ¿ver‐

               dad?  Eso  quedó  para  los  robots.  Es  un  lugar  hu‐

               mano. ¡Vosotros sois el resto de la población! ¡Vo‐


               sotros sois los peces y las aves, los tritones, los ti‐

               burones  alados,  el  león  y  el  unicornio!  ¡Y  tal  vez

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