Page 311 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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focado, aunque la costumbre y la familiarización tienden
a paliar lo que ocurre realmente.
Así fue cómo los jóvenes gemelos idénticos llamados
Antes y Después (nombre debido a que el nacimiento de
uno de ellos precedió en escasos minutos al del otro) cap‐
taron la llegada de los Alienígenas de una manera mu‐
cho más exacta, aunque necesariamente más infantil que
sus mayores.
En consecuencia, comprendieron que se debía rendir
adoración a los Alienígenas visitantes. No comerciar. Ni
darles la bienvenida. Ni rechazarlos. Ni interrogarlos.
Ni copular con ellos. Pero sí adorarlos. Tal era el modo
de relación más correcto entre seres mutuamente extra‐
ños. De hecho, la galaxia habitada era en realidad una
inmensa iglesia, cuyos fieles se adoraban mutuamente:
tal como la jirafa adoraría al elefante a título de prodigio,
de epifanía de la rareza y la otredad, si tuviese inteligen‐
cia suficiente para ello.
Los adultos enormes de Lilibrob (o Putingnag) no
podían captar esa rareza, puesto que veían muy mal. A
ellos los Alienígenas les perecían criaturas bastante
normales y familiares.
Como cabía suponer, los Alienígenas se marcharon
muy pronto de Lilibrob, seguidos únicamente por las
oraciones de los gemelos Antes y Después.
Sin embargo, y a medida que Antes y Después se
hacían mayores y aumentaban de tamaño (y sus ojos
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