Page 319 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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en todos los soles y toda las radiaciones del univer‐
so entero, De esa nada emergen constantemente, de
propio acuerdo, los pares de partículas. Pero, su‐
puesta una liberación suficiente de energía, podría
aparecer cualquier cosa: las configuraciones de par‐
tículas que correspondiesen a un zafiro, a un árbol,
a un piano de cola...
»El universo manifiesto sólo se aproxima a este
nivel de energía potencial en el seno de un agujero
negro formado por la materia colapsada de una es‐
trella gigante, o de muchas estrellas, quizá de mu‐
chos centenares de ellas. —Ahora percibía el latido
de su corazón: ¡pum! ¡pum!—. De ese punto de
singularidad, donde fallan las leyes ʺnaturalesʺ,
podría emerger cualquier cosa a escala real: un ár‐
bol, un piano de cola..., si el horizonte temporal no
trazase un cordon sanitaire alrededor de la singula‐
ridad.
»Sin embargo, los agujeros negros no permane‐
cen atados siempre al horizonte temporal. El efecto
túnel cuántico tiende a emborronar sus límites. —
¡Ahora tenía pelo en su cuerpo! ¡Estaba siendo re‐
construido físicamente en alguna parte, órgano a
órgano, pieza a pieza!—. Hasta que, súbitamente,
en un nanosegundo, el agujero negro se evapora en
un destello de radiaciones. En este momento po‐
dría aparecer cualquier cosa de tamaño macroscó‐
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