Page 310 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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y atracan en forma de nave hospital o nave de refugia‐
dos, y prevalecen sobre la creatividad de que Él estaba
dotado...
Sean arrancó de la ranura La Cuarta Epístola, y
la hizo trocitos y la lanzó por el aire. Durante un
rato los pedazos se adhirieron a su pupitre como
tábanos. Pero al fin consiguió librarse de todos
ellos. ¿Seré yo el condenado mono estocástico? ¿Conde‐
nado a generar cadenas interminables de sentencias ab‐
surdas sobre Dios, sólo una de las cuales podría ser
realmente cierta? ¿O podrían serlo todas?
—¡Ejem! —gruñó la Voz.
Quinta Epístola:
Los Alienígenas Adorantes
Liliput y Brobdingnag no son en realidad dos países
distintos, sino uno y el mismo. En ese país de Lilibrob
(llamado a veces de Putingnag), las personas nacen muy
pequeñas (aunque plenamente formadas) y luego siguen
creciendo durante toda su vida, hasta que alcanzan el
tamaño de gigantes. Todos sus órganos aumentan du‐
rante ese proceso, sin exceptuar los ojos, los cuales,
corno consecuencia de ese aumento de tamaño, se hacen
cada vez menos capaces de enfocar las cosas con claridad.
En el ojo que crece el mundo queda cada vez más desen‐
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