Page 368 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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final, para empezar! No podemos ser cualquier cosa. Es‐

               tamos libres de las luchas, las «historias locales» de los

               seres planetarios.


                      —Entonces, ¿por qué seguimos ocupando nuestras

               mentes en esas existencias inferiores? Pues porque, oh

               noble  horda  mental,  hemos  de  construir  obligaciones


               para nosotros mismos. No debemos cometer errores que

               nos impidan seguir cometiendo errores, o habremos de‐

               jado de existir. Si bien somos una perfección originaria‐


               mente arbitraria, bellastrellas, somos perfección en busca

               de error. El error es nuestra herramienta. Y todos nues‐


               tros mundos han resultado equivocados porque sólo eran

               aproximaciones. También éste lo es. Su fallo consiste en

               no ser una simulación perfecta, y ésa es la gracia que nos


               salva y nuestra noble hazaña. Por lo mismo que es defec‐

               tuoso, nos proporciona una historia..., la historia de un


               error. El Infierno es el principal error en ese mundo. Su

               equivocación suprema.

                      —Pero, si la alquimia llega a su éxito, la transmu‐


               tación total sin limitaciones, y todo el mundo se convier‐

               te en Jardín...

                      —No  creo  que  ocurra.  El  Infierno  seguirá  gober‐


               nando  al  Paraíso,  lo  retardará  y  lo  hará  progresar  al

               mismo tiempo. El Milenio no será este año y puede que

               se retrase un poco. Es preciso que nuestros elementales


               encarnados puedan seguir cometiendo errores creativos

               durante algún tiempo, pero en el sentido correcto. Así,

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