Page 67 - Sumerki - Dmitry Glukhovsky
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D Dm mi it tr ry y   G Gl lu uk kh ho ov vs sk ky y                                                                                                                              S Su um me er rk ki i   ( (C Cr re ep pú ús sc cu ul lo o) )


           dormitaban en la selva virgen del sur de la península. Y

           por ello había elegido a unos pocos sicarios dignos de

           confianza  y afanosos  de  riquezas,  y  los  había  enviado


           en  busca  del  tesoro  junto  con  medio  centenar  de

           soldados.


                  Quien arrancara un par de láminas de oro de lo alto


           de una pirámide blanca habría podido comprarse una

           gran  hacienda  en  su  patria  española  y  librarse  de


           preocupaciones  para  el  resto  de  su  vida.  A  partir  de

           entonces  ya  sólo  tendría  que  errar  por  la  maldita

           espesura, con el cuerpo cubierto de pegajoso sudor... en


           sueños. Regresaría a su hogar, podría llevar por fin una

           vida  próspera,  la  vida  de  un  noble.  Se  casaría  con  la

           pálida y lánguida hija de un conde, y tan sólo de vez en


           cuando, en conversaciones obscenas con los amigos, se

           acordaría de las mujeres pequeñitas de los indios y de

           su penetrante olor...



                  El  desconocido  conquistador  español  no  había

           mencionado  nada  de  todo  eso  en  su  narración...  al

           menos  por  el  momento.  Probablemente  le  había  dado


           vergüenza  hablar  con  franqueza  sobre  los  tesoros  por

           los que había sacrificado ya un buen número de vidas


           humanas.  ¿De  qué  le  habría  servido  suscitar  iras

           innecesarias?


                  ¿Y  fray  Diego  de  Landa?  ¿Acaso  también  le




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