Page 137 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
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vagas aquí y allí. Estaban haciendo una jugada;
corrían los números por los tableros, y las luces de
colores de éstos se encendían y apagaban.
Alan introdujo en la ranura una moneda de
cinco créditos. Mientras esperaba a que acabase la
jugada y comenzase la siguiente se puso a mirar a
los circunstantes. En la penumbra que reinaba en la
sala era difícil ver bien las caras. Le costaría trabajo
reconocer a Steve.
Se percibía olor de almizcle, un olor picante,
desagradable. Le parecía a Alan haberlo notado en
otra parte y trataba de recordar dónde. Sí; le había
molestado el olfato la noche antes, en la otra casa de
juego. Habíale dicho Hawkes que lo producían los
cigarrillos narcóticos. Era irrespirable la atmósfera
de ese garito de la categoría C.
Los jugadores miraban los tableros con atención
de fanáticos. Se encendían y apagaban las luces; se
apagaban unas y encendían otras. Alan lanzó una
mirada al hombre que estaba a la mesa de al lado.
En la oscuridad, a este hombre le relucía la cabeza
calva como si fuese de oro. En la angustia de la
indecisión, juntaba las manos. Más allá había un
joven de mirada soñadora que asía con sus manos
ambos lados del tablero como si le acometiera un
rapto de locura, mientras seguía con la vista las
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