Page 174 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
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otra persona.

                   Lo soltó de pronto el que lo sujetaba. Y una voz

              conocida dijo:


                   —Ya  ves  lo  que  les  pasa  a  los  confiados.  ¿Has

              olvidado ya lo que te he enseñado?

                   Alan se quedó mudo de asombro. Cuando recu‐


              peró el habla, exclamó:

                   —¡Hawkes!


                   —El mismo que viste y calza. Y suerte tienes de

              que yo soy quien soy. John, acércate a la luz para

              que  te  vea  éste.  Alan,  te  presento  a  John  Byng,


              jugador de la categoría B.

                   Byng  era  más  bajo  que  Alan.  Su  flaco  rostro


              parecía el de una calavera. El pelo de la barba era

              de color rojo. Parecía aquel hombre un cadáver. Sus

              globos oculares tenían un color amarillento.


                   Alan lo reconoció. Era un jugador de la categoría

              B  que  él  había  visto  en  varias  casas  de  juego.

              Aquella  cara  no  era  de  las  que  se  olvidan  fácil‐


              mente.

                   Byng devolvió a Alan el puñado de billetes que

              le había quitado. El mozo se los volvió a guardar en


              el bolsillo y dijo:

                   —¡Vaya jugarreta que me habéis gastado! ¿Qué


              diría usted ahora, Hawkes, si yo lo hubiera matado

              o él me hubiera matado a mí?



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