Page 175 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
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—Que es uno de los riesgos que corremos los del

              oficio. Sé muy bien que tú no hubieras matado a un

              hombre  desarmado  e  indefenso.  John  no  tenía  la


              intención  de  apuñalarte.  Además,  estaba  yo  aquí

              para impedirlo.

                   —¿Para qué me ha dado usted este susto?


                   —Para  que  aprendas,  hijo.  Quería  que  te  lo

              dieran  unos  gángsters  conocidos  míos;  pero  no  se


              han prestado a ello, y por eso lo he hecho yo mis‐

              mo,  con  la  ayuda  de  John.  Otra  vez  acuérdate  de

              que puede estar escondido el cómplice.


                   —¡Cualquiera  lo  olvida!  —dijo  Alan—.  Apro‐

              vecharé la lección.


                   Subieron los tres a la vivienda de Hawkes. Byng

              entró en la otra habitación casi inmediatamente. El

              tahúr dijo en voz baja a Alan:


                   —Johnny toma polvos de narcosefrina para so‐

              ñar. Podrás verlo en los globos de sus ojos, que es‐

              tán  amarillos.  Con  el  tiempo  acabará  paralítico,


              pero eso a él le tiene sin cuidado.

                   Alan  se  fijó  más  en  Byng  cuando  éste  regresó.

              John sonreía, y su sonrisa era una sonrisa extraña.


              Tenía en la mano derecha una capsulita de plástico.

                   —¿Verdad  que  le  conviene  a  este  mozo  saber


              para qué sirve esto? —dijo, mirando a Hawkes.

                   Éste contestó que sí con la cabeza.



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