Page 171 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
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Corría el mes de agosto y hacía aquel verano un
calor sofocante, a pesar de los esfuerzos de la
Oficina de Regulación del Tiempo. Después de me‐
dianoche se hacía caer una lluvia artificial que re‐
frescaba la atmósfera. Alan solía regresar a casa a
esa hora, y le gustaba andar despacio por las calles,
mojándose. La lluvia era una novedad para él. Y
estaba deseando que llegase el invierno para ver lo
que era la nieve.
Pensaba muy pocas veces en la Valhalla. Habíase
acostumbrado a apartar la nave de su pensamiento,
pues sabía que, si empezaba a arrepentirse de la
decisión que había tomado, el arrepentimiento lo
atormentaría a todas horas. La vida en la Tierra era
extraordinariamente fascinadora, y él confiaba en
que algún día tendría la suerte de encontrar el
cuaderno de apuntes de Cavour, el libro en que este
hombre eminente había anotado tantas cosas sobre
la hiperpropulsión.
Hawkes le enseñaba a luchar, a hacer trampas
con los naipes, a arrojar cuchillos. No era ésta la
educación que debía darse a un joven virtuoso;
pero en la Tierra se concedía poco valor a la virtud.
O matar o ser muerto. Y Alan quería aprender a se‐
guir viviendo en la Tierra. Hawkes era maestro en
eso, y Alan un buen discípulo suyo.
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