Page 392 - Una orbita cerrada y compartida - Becky Chambers
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Sacó las setas con los dedos y después cogió la pieza


           que  había  golpeado  con  la  navaja.  Jane  frunció  el


           ceño.  Una  costilla,  pero  no  era  de  perro,  y  era


           demasiado grande para ser una… Se quedó helada al


           recordar las clases de anatomía de Lechuza. «Ni de


           coña».



           Jane  recogió  los  champiñones  lo  más  deprisa  que


           pudo, sin preocuparse ya por preparar pedazos listos


           para cocinar. Los arrancó a puñados hasta que pudo


           ver  mejor.  Había  una  pila  entera  de  huesos


           enredados y mezclados. Alargó una mano, temerosa,


           aunque no sabía por qué. Sacó un cráneo de la pila;


           uno de dos. Se sentó y lo acunó en las manos. Una


           calavera  humana  de  verdad.  Estaba  sucia  y  tenía


           rasguños  allí  donde  habían  crecido  las  setas.


           También  tenía  otras  líneas,  unas  que  no  tuvo  que


           pensar demasiado para adivinar qué eran. Un perro


           (o  varios,  a  saber)  habían  rasgado  con  los  dientes


           aquella  calavera  en  algún  momento.  Comparó  el


           tamaño con el de su cabeza. No era pequeña, pero sí


           más  que  la  suya,  eso  seguro.  Fijó  la  mirada  en  las


           cuencas de los ojos, vacías excepto por la tierra y las


           raíces.



           El cráneo había pertenecido a una niña pequeña.



           Jane  estuvo  a  punto  de  vomitar,  pero  no  quería


           malgastar  comida.  Miró  al  cielo  claro  hasta  que  le





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