Page 412 - Una orbita cerrada y compartida - Becky Chambers
P. 412
Tenía que intentarlo. Por su bien y el de Lechuza,
tenía que intentarlo.
Había dos aperturas claras: el punto de descarga
para la chatarra y la salida de los barriles. Las dos
parecían una idea estúpida. Habría Madres, o
cámaras o algo, para asegurarse de que las niñas no
escapaban. Lo que había centrado en los prismáticos
el último día era mucho más interesante y más
aterrador. Había una torre baja a un lado de la
fábrica; supuso que era el lugar donde aterrizaría una
fragata. No tenía forma de saber qué había al otro
lado de la puerta, ni quién. Recordó a la Madre que
atenazaba a Jane 64: miraba con furia al agujero en la
pared, incapaz de dar un paso más allá. Estaba muy
segura de que las Madres no abandonaban las
fábricas. De que no podían abandonar las fábricas.
Eso quería decir que había una entrada para la
gente… pero ¿qué tipo de gente?
Esas preguntas la habían mantenido en la pila de
chatarra, metida en un pequeño cuchitril, donde
sacudía las piernas para quitarse los calambres. La
puerta no se había movido desde que estaba allí, un
día entero. Ni fragatas ni gente. Solo una puerta, y a
saber qué había al otro lado.
Tenía que intentarlo.
412

