Page 511 - Una orbita cerrada y compartida - Becky Chambers
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Su boca estalló, pero, oh, estrellas, de un modo
positivo. Todo era picante y agudo, pero también
delicioso, y ahumado y seco y… y como nada que
hubiera probado jamás. Nada igual, nunca. Lamió el
resto sin hacer caso al dolor que lo acompañaba. De
algún modo extraño, el dolor lo hacía casi mejor. Se
le humedecieron los ojos y se le despejó la nariz.
Hacía días que no había estado tan despejada.
Cogió otro bote. «Suddet», decía.
—¿Hay alguno venenoso? —preguntó.
Oouoh meneó el cuello.
—¿Para ti? Ni idea. Pero sé dónde está el pabellón de
enfermería, y pareces fácil de cargar.
Jane sonrió y se echó un poco de ese suddet (fuera lo
que fuera) directamente en la lengua. ¡Diferente! ¡Era
muy distinto! ¡No era para nada picante! Era como…
Joder, necesitaba palabras para aquello. Buscaría las
palabras. Aprendería.
Oouoh se apoyó en la encimera y fumó de su pipa
mientras Jane arrasaba con el armario. ¿Se metería en
líos? ¿El cocinero se enfadaría? Le daba igual. ¿Cómo
iba a importarle cuando tenía un abanico entero de
nuevas experiencias con nombres como «sofovid» y
«mezcla abrasadora» y «pasta kulli»? De ningún
modo; esa era la respuesta. Quería probar todo lo que
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