Page 235 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
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todo el día en ese maldito sótano?


                   —Lo  siento,  querido,  pero…  bueno,  ¿quieres


            que  mañana  me  quede  en  casa,  para  que  puedas


            estar todo el día en la cama?


                   —No te preocupes —dijo él.


                   Ella  no  le  comentó  que  había  observado  la


            ausencia de la botella de whisky que guardaban en



            el armario de la cocina.


                   Si  Lou  hubiese  podido  cerrar  también  las


            ventanas, no habría habido ningún problema. Pero


            el  hecho  de  saber  que  podía  salir  siempre  que


            quisiera;  el  hecho  de  saber  que  podía  seguir


            espiando                      a              Catherine,                       empeoraba


            considerablemente la situación.


                   Las horas se hacían interminables en el sótano.


            A veces lograba concentrarse una o dos horas en un



            libro,  pero  últimamente  la  visión  de  Catherine  le


            asaltaba  a  cada  instante  y  le  resultaba  imposible


            volver a la lectura.


                   Si  Catherine  hubiera  salido  al  patio  más  a


            menudo,  no  habría  habido  ningún  problema.  En


            este caso, por lo menos, podía mirarla a través de la


            ventana. Pero los días se hacían más fríos a medida



            que  setiembre  avanzaba,  y  Catherine  y  Beth


            permanecían la mayor parte del día en el interior de


            la casa.


                   Se había empeñado en llevarse un pequeño reloj






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