Page 230 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
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aire. Dio una patada en el vacío. Era aquello aire; y
aquello.
Lanzó un gemido. Se puso en pie y dio unos
pasos. Contempló la lluvia y las ventanas
salpicadas de barro. ¿Qué hora era? No podía ser
más de la una. No resistiría mucho tiempo más.
Subió las escaleras y empujó la puerta.
Naturalmente, estaba cerrada con llave y Louise se
las había llevado todas.
―¡Despídela! —le había gritado él aquella
mañana—. ¡No es honrada!
Y Lou le había contestado:
―No podemos, Scott. No podemos. Me llevaré
las llaves y todo estará arreglado.
Apoyó la espalda en la puerta, y empujó con
fuerza. Se hizo daño en la espalda. Lanzó una
exclamación airada y se golpeó la cabeza en la
puerta. Se cayó en el escalón, con el cerebro
embotado.
Empezó a murmurar y se apretó la cabeza con
las manos. El sabía por qué deseaba que la
muchacha fuera despedida. Se debía a que él no se
sentía capaz de mirarla, y aquello era algo que no
podía explicar a Lou bajo ningún concepto. Lo más
que ella haría sería hacerle otra insultante oferta. Él
no aceptaría tal cosa.
Se desperezó, sonriendo en las sombras.
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