Page 287 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
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inclinación paralela al asiento. Ésta repisa casi
tocaba el suelo. No tendría que alzar el gancho muy
arriba para que se agarrara a uno de los listones
inferiores de la repisa. La ascensión de la repisa
propiamente dicha no había sido más difícil que
subir un declive moderadamente empinado,
utilizando el gancho y el hilo para salvar las brechas
que había entre un listón y otro. La única parte
difícil había sido la escalada vertical hasta el asiento
donde ahora estaba.
Así pues, no había otra solución; si quería seguir
subiendo, tendría que bajar un poco.
Echó a andar pendiente abajo hacia la parte
posterior de la silla. Las aberturas entre los listones
eran algo más anchas que las de la repisa. Sin
embargo, en general no parecía difícil.
Llegó a la primera abertura. Tiró del hilo que le
servía de cuerda y, tras enrollarlo, lo lanzó sobre el
hueco. Cayó pesadamente, y oyó el ruido metálico
del gancho al golpear la madera.
El estrépito de la estufa le cogió por sorpresa. Se
tambaleó violentamente y se llevó las manos a las
orejas. Permaneció allí temblando, con los ojos casi
cerrados, mientras sentía cómo el atronador
estremecimiento recorría todo su cuerpo.
Cuando se restableció el silencio, se quedó largo
rato inmóvil, mirando al frente. Después,
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