Page 333 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
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estaba encaramándose al alto borde de la suela. Se
agarró con fuerza a la piel y se mantuvo allí.
—¡Marty! —volvió a gritar, mientras subía a la
repisa. Poniéndose rápidamente en pie, empezó a
golpear el zapato con los puños. Fue como dar
golpes a una pared de roca.
—¡Marty, por favor! —rogó—. ¡Por favor! ¡Oh,
por favor!
De repente, la repisa se balanceó y se levantó
para describir un inmenso círculo. Scott perdió el
equilibrio y cayó hacia atrás con un grito, agitando
los brazos sin cesar.
Aterrizó pesadamente sobre el cemento y se
quedó sin respiración, viendo cómo su hermano
subía las escaleras con la maleta de Lou.
Después, Marty desapareció, y la luz del sol le
cegó con su brillo. Scott se protegió los ojos con un
brazo y se apartó rápidamente. Un sollozo
estremeció su pecho. ¡No era justo! ¿Por qué se
anulaban todos sus triunfos con tanta rapidez, y se
negaban todas sus victorias al cabo de un instante?
Se puso en pie de un salto y se quedó
tembloroso, dando de espaldas al ardiente rayo de
sol. Se mudaba, Louise se mudaba. Creía que él
había muerto y le abandonaba.
Sus dientes rechinaron. Tenía que hacerle saber
que aún vivía.
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