Page 337 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
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alfiler. Corrió en su busca.
Así fue; lo que es más, el trozo de alfiler todavía
estaba bastante doblado para engancharse en la
pernera del pantalón de Marty.
Scott corrió sobre el montón de piedras y
troncos que había junto al último escalón, para
esperar allí que su hermano volviese a bajar.
Oyó pasos inquietos y presurosos en el piso de
encima, y se imaginó a Lou yendo de un lado a otro,
disponiéndolo todo para la marcha. Apretó los
labios hasta sentir una punzada de dolor. Aunque
fuera la última cosa que hiciese, le haría saber que
aún vivía.
Paseó la mirada por el sótano. Era difícil de
creer que, después de todo aquel tiempo, iba a salir
de él. El sótano se había convertido en su mundo.
Quizá se sentiría como un prisionero al que se
libera tras una larga reclusión, asustado e inseguro.
No, no podía ser verdad. El sótano no había sido
para él un nido lleno de comodidades. La vida en el
exterior difícilmente podría ser más penosa de lo
que lo había sido allí.
Se pasó suavemente los dedos por la rodilla
enferma. La hinchazón había disminuido
considerablemente; ya le dolía muy poco. Se tocó
los cortes y magulladuras de la cara. Deshizo el
vendaje que le cubría la mano y lo tiró al suelo.
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