Page 342 - El Increible Hombre Menguante - Richard Matheson
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con violencia, oscilando en el aire y girando,
mientras su cuerpo minúsculo avanzaba hacia las
escaleras. Un muro apareció ante él para
desaparecer con la misma rapidez. Sus pies se
deslizaron a lo largo del primer escalón y los trozos
de esponja se rompieron. El brusco impacto le lanzó
por los aires, y se encontró volando a toda
velocidad hacia la pared del segundo escalón.
Extendió los brazos para protegerse del golpe. Gritó
con todas sus fuerzas.
Después chocó con un grano de cemento y cayó
de bruces. Sus piernas se levantaron y su cabeza se
estrelló contra el suelo. El dolor explotó en ella,
blanco y vivido, y se convirtió súbitamente en un
oscuro núcleo, que también explotó, sumiendo a su
cerebro en la noche. Perdió el conocimiento cuando
el zapato de su esposa se desplomaba a un
centímetro de su cuerpo.
Más tarde, cuando Marty les acompañaba en su
automóvil a la estación, Beth vio el gancho y el hilo
colgando de la pernera del pantalón de su tío y,
agachándose, los arrancó. Marty dijo: «Debían estar
en el suelo del sótano», y lo olvidó. Beth se los metió
en el bolsillo del abrigo y también se olvidó en
seguida.
17 centímetros.
—¡Déjame en el suelo! —chilló.
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