Page 689 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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comerciar. El Errante mostró los preciosos regalos que
llevaba, que les ayudarían a ganar una buena posesión
durante el viaje. Recogiéndose las mangas, abrazó a los
dos hermanos y a la hermana.
Durante mucho tiempo miraron cómo se alejaba la
caravana. Alawin parecía tan pequeño y su pelo agitado
tan brillante, en comparación con la silueta gris y azul que
cabalgaba a su lado. No manifestaron lo que pensaban:
cómo una visión tan lejana recordaba que Wodan era el
dios que guiaba las almas de los muertos.
Pero al cabo de un año todos volvieron con buena
salud. Los miembros de Alawin se habían alargado, su
voz era más profunda y estaba lleno de lo que había visto,
oído y hecho.
Hathawulf y Solbern tenían noticias menos
agradables. La guerra contra los hunos del verano
anterior no había ido muy bien. Unos jinetes siempre
terribles por su destreza y estribos, los hunos habían
aprendido a moverse bajo el estricto control de un líder
astuto. No habían derrotado a los godos en ninguna de la
batallas que libraros, pero habían ocasionado grandes
pérdidas, y no podía decirse que hubiesen sido
derrotados. Reducidas por los ataques sorpresa, el
hambre y la falta de botín, las tropas de Ermanarico al
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