Page 692 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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grupos dispersos. Los pájaros saltaban del suelo y en lo
alto se agitaba un halcón. La frialdad del aire estaba
veteada de tierra cocida por el sol y aroma de flores.
—Creo saber lo que quieres —dijo Hathawulf con
sagacidad.
Randwar se pasó una mano por el pelo rojo.
—Sí. A Swanhild como esposa.
—Humm. Parece gustarle tenerte cerca.
—¡Nos tendremos mutuamente! —gritó Randwar.
Recuperó la compostura—. Te iría bien a ti. Soy rico; y
anchos campos en barbecho me esperan, en la tierra de
los greutungos.
Hathawulf frunció el ceño.
—Eso está muy lejos, Aquí podemos defendernos
juntos.
—Allí me recibirán con alegría muchos terratenientes.
No perderás un compañero, ganarás un aliado.
Aun así Hathawulf se resistió, hasta que Randwar
dijo:
—Sucederá de todas formas. Nuestros corazones lo
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