Page 696 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
P. 696
dijo, aunque todavía no esperaba a ninguno. Se asustó un
poco al ver que él se estremecía.
Al día siguiente se alejó con Randwar. Pasaron horas
a solas. Más tarde el greutungo le dijo a su mujer:
—Me advirtió una y otra vez del odio que Ermanarico
siente por nosotros. Aquí estamos, en medio de la región
tribal del rey sin fuerza firme mientras nuestra fortuna
siga atrayéndolo con su brillo. Quería que retirásemos las
empalizadas y nos trasladásemos pronto, muy lejos, hasta
el oeste de la tierra de los godos. Claro está, no puedo. Ya
he estado sondeando a los hombres sobre la posibilidad
de unirnos contra el rey para resistir su autoritarismo y,
si es necesario, luchar. El Errante dijo que no podía
esperar mantenerlo en secreto y que era una locura.
—¿Qué contestaste a eso? —preguntó ella un tanto
asustada.
—Dije que los godos libres tienen el derecho a abrir
sus mentes unos a otros. Y dije que mis padres adoptivos
nunca habían sido vengados. Si los dioses no hacen
justicia, deben hacerla los hombres.
—Deberías escucharlo. Sabe más de lo que llegaremos
a saber nosotros.
696

