Page 761 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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Acercándose al entrar, vio que realmente no era
joven. La piel clara había sufrido muchos climas; finas
arrugas rodeaban sus labios y ojos. Bien, ella no podía
haber conseguido lo que debía haberle valido su rango en
unos pocos años, y el tratamiento de longevidad no
eliminaba todas las marcas.
Echó un vistazo al salón. Estaba decorado con
sencillez y comodidad, como el suyo propio, aunque las
cosas de ella no estaban gastadas o apagadas y no se veía
ningún recuerdo. ¿Quizá no se atrevía a inventar una
explicación para sus visitantes normales… y amantes?
Sobre las paredes reconoció una copia de un paisaje de
Cuyp y una fotografía astronómica de la Nebulosa del
Velo. Entre los libros, en las estanterías de suelo a techo,
vio obras de Dickens, Mark Twain, Thomas Mann,
Tolkien. Una lástima que los títulos holandeses no le
dijesen nada.
—Por favor, siéntese —le animó Floris—. Fume si lo
desea. He preparado café, o el té puede estar listo en unos
minutos.
—Gracias, el café será perfecto. —Everard se sentó en
un sillón. Ella trajo de la cocina la cafetera, tazas, eterna y
azúcar, lo puso sobre la mesa baja y se sentó en el sillón
frente a él.
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