Page 870 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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fragmentos de observaciones posiblemente útiles, Floris

           había planeado el camino. Era un poco peligroso para un


           hombre  y  una  mujer  viajar  sin  escolta,  aunque  los

           téncteros  no  se  dedicaban  demasiado  al  robo.  Sin

           embargo, debían verlos llegar de forma normal. Podrían


           usar los aturdidores en defensa propia si eran asaltados y

           si no  había un  montón de  testigos cuyo  relato  pudiese

           influir de forma significativa en la sociedad.



                 De todas formas, no tuvieron problemas. Más y más

           viajeros  llegaron  a  la  carretera,  en  dirección  al  mismo


           lugar. Todos eran hombres; casi todos parecían ansiosos

           o preocupados y hablaban poco. Una excepción fue un

           tipo grande con barriga cervecera, que se presentó como


           Gundicar. Cabalgó al lado de la inusual pareja y habló

           mucho, con incurable felicidad. En el siglo XIX o XX —

           pensó Everard—, habría sido un tendero o panadero de buena


           posición y cliente habitual de la Brauhaus local.


                 —¿Y cómo habéis llegado los dos hasta aquí ilesos?




                 El patrullero le contó la historia acordada.



                 —A  duras  penas,  amigo.  Soy  de  los  reudungos,  al

           norte  del  Elba;  ¿has  oído  hablar  de  nosotros?…  De

           comercio al sur… La guerra entre hermunduros y catos…

           Fuimos asaltados, creo que de mi banda fui el único en



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