Page 867 - La Patrulla Del Tiempo - Poul Anderson
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recordó  Floris—,  y  enfrentados  a  Roma,  hay  un

           sentimiento embrionario entre los germanos occidentales


           de  una  relación  básica  más  allá  de  las  fronteras  entre

           tribus.



                 Cierto  —recordó  Everard—,  y  sospechas  que  Veleda

           tiene mucho que ver con eso. Por eso la seguimos hacia atrás en


           el tiempo… para intentar descubrir lo que ella significa.



                 Volvieron  a  entrar  en  el  bosque.  Arcos  verdes  se

           elevaban frente a ellos, sobre un sendero amurallado de

           maleza. La luz del sol golpeaba las hojas para dispersarse


           sobre el moho y las sombras. Las ardillas corrían por las

           ramas. El canto de los pájaros y las fragancias se agitaban

           en la poderosa quietud. La naturaleza ya se había tragado

           la agonía de los ampsivarios.



                 Como una tela de araña que había visto reluciendo en


           un  castaño,  la  piedad  tendía  una  hebra  entre  ellos  y

           Everard. Debía recorrer mucho camino antes de que se

           estirase  tanto  que  se  rompiese.  No  servía  de  nada


           repetirse  que  todos  habían  muerto  anónimamente  mil

           ochocientos  años  antes  de  su  nacimiento.  Estaban  allí

           ahora, tan reales como los refugiados que había visto a no

           mucha distancia al este de aquellas tierras, huyendo hacia


           el oeste, en 1945. Pero éstos no encontrarían socorro.




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